(ESCUCHA ATENTA), MI DULCE AMIGA...

Supongo que no tenía nada que hacer...

así que con la compañía de esta melodía

(Lacrymosa-Evanescence-),

me senté a escribir... y esto fue lo que salió.

(Estos violines me cortan la carne en pedazos. Que ganas de caminar de tu mano en esta habitación interminable)...

Con estos pies descalzos tan pálidos como el piso en el que avanzo,
(sujetando tu mano)...

(Rasguño las blandas paredes en mi andar contigo a mi costado, con las manos laceradas lo voy palpando todo)...

Solo sigue la luz no te detengas, camina ¡camina!(Con la mirada perdida me abro paso entre paredes)...

Mira... Este es mi rincón predilecto, aquí solía sentarme a esperarte.
Recuerdo que en las noches frías como hoy...
Solía acurrucarme como un niño en el vientre de mamá.

Y pensaba, pensaba, pensaba en ti mi dulce amiga.
Desde entonces aquellos violines tocan para mí,

Escucha atenta esta melodía. ¡Escúchala!

Pero no te detengas querida, que la luz se extinguirá pronto.
Estas cuerdas son muy frágiles... y al acabar la melodía todo habrá terminado para nosotros.

¿Te acuerdas cuando solíamos andar tan libres como el viento por doquier

Y tú tocabas interminables horas aquel violín gastado para complacerme?

Tenía tanto miedo de perderte... te quise tanto, tanto... que aún me duele el pensamiento.

Desde que los violines tocan, jamás volví a ver una luna como aquella.

El cielo de mis noches dejo de brillar...

Fue en la misma noche que decidí obsequiarte aquel violín...

Estabas tan hermosa... Recuerdo tus mejillas rosadas y tu cabello bailar con el viento.

Estaba tan feliz de verte que corrí hacia ti para estrecharte.

Pero tus labios pronunciaron aquellas palabras...

Las que nunca espere escuchar de tu linda boca.

Yo no supe que hacer, no pensabas retractarte.

Entonces sentí rabia y apreté con fuerza aquel violín (que aun yacía entre mis manos).

Lo apreté con saña hasta quebrarlo...Recuerdo aquellas cuerdas teñirse de rojo...

Me dijiste voy a escribirte, pero yo no quise escuchar, no quería escucharte.

Tome la cuerda con ambas manos y entonces...

Yo nunca quise que dejaras de tocar, tan solo quería regalarte un violín.

Cuando desperté aquí, tú ya no estabas...

Entonces decidí sentarme en aquel rincón hasta que un día tu decidieras volver.

Desde entonces aquellos violines tocan...

Yo pensaba, pensaba, pensaba en ti mi dulce amiga.

Pero no te detengas querida, que la luz se extinguirá pronto.

Estas cuerdas son muy frágiles... y al acabar la melodía todo habrá terminado para nosotros.

By.skM.